LAN y su primer vuelo comercial con biocombustible de segunda generación

Buscando generar una operación cada vez más sostenible, LAN Airlines realizó el primer vuelo comercial con biocombustibles de segunda generación en Sudamérica. El vuelo, que operó entre las ciudades chilenas de Santiago y Concepción, se efectuó en un Airbus de la familia A320, con motores CFM56-5B. El combustible utilizado provino de residuos de aceite vegetal refinado, y cumple con los más estrictos estándares técnicos requeridos para volar. El vuelo concluyó con un evento realizado en la ciudad de Concepción, al cual asistieron ejecutivos de LAN, autoridades locales y la prensa invitada. El gerente general de LAN, Ignacio Cueto, dijo que “este vuelo representa un paso clave hacia el futuro de la industria. En LAN apuntamos al desarrollo de biocombustibles sostenibles para la aviación comercial que tengan un alto potencial de producción en Sudamérica. Actualmente, estas fuentes de energía renovable juegan un rol relevante en la aviación mundial y marcarán, cada vez más, la toma de decisiones del sector y de nuestra compañía. En LAN queremos ser pioneros en la utilización de los combustibles renovables en Sudamérica”. Los biocombustibles utilizados en este tipo de vuelos pueden ser obtenidos de plantas tales como algas, jatropha, halófitos y camelina, o residuos orgánicos como los aceites vegetales, que pueden ser procesados, quemarse directamente o ser convertidos por procesos químicos para hacer un combustible de alta calidad. Estos se conocen como biocombustibles de segunda generación. Provienen principalmente de materias primas sostenibles, que en su producción no compiten con las fuentes de alimentación ni con recursos básicos (recursos escasos de primera necesidad), lo que es clave para el cuidado de nuestro planeta. Para la aviación, el biocombustible cumple con los estrictos estándares técnicos requeridos para volar y tiene las mismas características que el combustible regularmente utilizado en los vuelos. Además, esta fuente ya ha sido probada exitosamente por otras aerolíneas en el mundo, demostrando la misma confiabilidad que el kerosene de aviación, tanto en vuelos de prueba como comerciales. Al utilizar biocombustible de segunda generación en el vuelo, se redujeron significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que no se emite C02 adicional a la atmósfera. El gerente de Medio Ambiente de LAN, Enrique Guzmán, señaló que el aporte ambiental que traería el uso de energías renovables en aviación, sería significativo: “El combustible tradicional para la aviación procede del petróleo y al utilizarlo en el avión se libera CO2. En el caso de utilizar biocombustible, el CO2 liberado es casi el mismo que fue capturado por un cultivo vegetal durante su crecimiento, con lo que no hay emisión adicional de CO2 a la atmósfera”, explicó Guzmán. La industria aérea se impuso ambiciosos objetivos ambientales respecto del impacto de sus operaciones, entre otros lograr un crecimiento neutral de sus emisiones hacia el año 2020 y reducir en 50% estas emisiones para el año 2050. Para lograr esto, los biocombustibles son un pilar estratégico, por lo que aerolíneas como LAN están trabajando a nivel mundial en incentivar el desarrollo de esta creciente industria. La industria aérea ya ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero (CO2 por tonelada transportada), sobre un 50% en los últimos 40 años. Aún así, aerolíneas como LAN, han ido más allá implementado iniciativas que minimicen al máximo el impacto ambiental de sus operaciones. A nivel mundial, según la IATA, se quiere llegar con un 1% de biocombustibles para el 2015 y un 5% para el 2020. Es una meta difícil, y que para lograrla requiere la coordinación de todos los actores de la cadena de producción, desde el productor de biomasa hasta el distribuidor final, incluyendo políticas públicas que apoyen esta iniciativa.

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