Malas hierbas también son resistentes al cambio climático
Un estudio realizado comprobó que las hierbas malas, especialmente la Descurainia sophia (jaramago) y Verónica hederifolia (hierba gallinera), son resistentes al cambio climático.
Esta resistencia se debe a la predisposición de estas plantas para adaptarse a cualquier medio geográfico porque se regulan gracias a los factores endógenos como a los exógenos.
El investigador José Luis González Andújar, del Instituto de Agricultura Sostenible y del Laboratorio Internacional en Cambio Global, ha explicado que con este trabajo se pone de manifiesto que hay dos mecanismos que regulan la población de las malas hierbas, como son los factores endógenos (como la competencia intraespecífica) y los exógenos, como es el efecto del clima.
Asimismo, el estudio revela que las especies que se regulan principalmente por factores exógenos tienen más probabilidades de convertirse en invasoras y desplazarse a otras zonas agrícolas como consecuencia del cambio climático.
De acuerdo a los autores del estudio, los resultados podrían ayudar a los agricultores en zonas cerealistas a mitigar los efectos del cambio climático.