OPINIÓN:. «Empresas que generan valor a la sociedad»

Por Jorge Medina Méndez, Country Managing Partner de Ernst & Young en Perú.

En no pocas ocasiones, la responsabilidad social empresarial (RSE) es percibida como filantropía o como una suerte de estrategia para mejorar la imagen de la empresa o como una manera de compensar a la comunidad por el impacto que genera su actividad. Sin embargo, la verdadera RSE debe ser intrínseca al negocio y cotidiana al desarrollo de las operaciones de la empresa.

El trato transparente y ético que una empresa debe observar con cada uno de sus stakeholders(accionistas, trabajadores, clientes, proveedores, Estado, comunidad y medio ambiente) tiene que ser inherente a su modelo de negocios, y debe ser considerado en sus estrategias de inversión. No hacerlo, además de disminuir su valor, la obliga a distraerse en acciones correctivas o compensatorias, debido a que las deficiencias que tiene en la relación cotidiana con sus stakeholders.

Cierto es -como muchas veces sucede en industrias extractivas- que la población percibe a la empresa -y no al Estado- como la entidad responsable de compensarla en diversos aspectos. No obstante, es el Estado (a través de sus diferentes instancias de gobierno: nacional, regional y local) el que con los impuestos y regalías- deberías brindar los beneficios que requiere la población, como mejor educación, salud, infraestructura, seguridad y posibilidades de desarrollo futuro. Lamentablemente esto no siempre ocurre, y entonces la empresa se ve obligada a hacer labores que corresponden al Estado y mostrar que su actividad genera beneficios a la comunidad.

Sin prejuicio de los anterior, la RSE bien concebida debe llevar intrínseco el compromiso de la empresa en resolver los problemas más apremiantes de la sociedad, a través de los bienes y del servicio que presta, es decir, a través de su core business. Ello no es otra cosa que usar sus capacidades de liderazgo e innovación para aportar al desarrollo de una nación. En otras palabras, hacer empresa socialmente responsable equivale a satisfacer las necesidades de la sociedad generando negocios que resuelvan los problemas que esta enfrenta. Como resulta obvio, esto no solo beneficia a la sociedad o al país, sino también a la empresa, porque sus operaciones le generan valor económico al mismo tiempo que resuelve las necesidades de los consumidores.

Al agregar esta dimensión social a la estrategia de la empresa y hacerla parte de su propuesta de valor, se logra que el impacto positivo de sus operaciones les sea siempre inherente. Tomemos el caso de las empresas de seguro de salud. Es evidente que estas serán más rentables en la medida en que tengan menos siniestros o casos de enfermedad que atender. ¿Dónde está el win-win? Al invertir en programas de salud preventivos -en lugar de solamente atender y costear curaciones- ambas partes ganarán. ¿O es que hay gente que es feliz enfermándose o empresas rentables gastando innecesariamente.

Para que las empresas sean exitosas y aseguren su trascendencia, es importante que tomen en cuenta el concepto de generar “valor compartido entre ellas y la sociedad. En la medida en que los objetivos de ambas se alineen, las acciones típicas de RSE serán inherentes a sus operaciones y el actuar ético y transparente en la empresa será más natural. Es lo que Porter llama el “nuevo capitalismo” en oposición al “antiguo capitalismo”, que privilegia el corto plazo y busca únicamente la rentabilidad de la empresa sin considerar la rentabilidad de la sociedad, y frecuentemente necesita elegir entre uno y otro. Sin embargo, hoy vemos cada vez más a empresas globales que están siento más exitosas en su posibilidad de trascendencia debido a que han sabido identificas valores compartidos.

Un caso natural se presenta cuando una empresa aprovecha su expertise para la mejora de la sociedad, aun sin beneficiarse económicamente en lo inmediato. Ello le permite innovar y ganar nuevas experiencias en su industria lo cual produce una mayor satisfacción profesional y personal en sus colaboradores, lo que ciertamente incrementa el valor de la empresa. Un ejemplo sencillo es cuando los mismos trabajadores -con el apoyo de la empresa- aportan sus conocimientos técnicos para mejorar la comunidad en donde operan, viviendo valores compartidos. Otros casos exitosos son las obras por impuestos, que en forma natural satisfacen en forma simultánea expectativas de múltiples stakeholders, y expresan también valores compartidos, en lo social y económico.

Existen diferentes maneras de ser socialmente responsables: lo importante es qye sean parte de la estrategia del negocio a fin de que trasciendan, y no solo sirvan para una buena foto cuya imagen se puede desvanecer más temprano que tarde.

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